Copa del Rey de 2006

De Real Zaragoza. Zarapasionpedia

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El Espanyol encontró en la calidad de De la Peña y el acierto de Tamudo los argumentos suficientes para desnudar a un Real Zaragoza superior (3-1), ganarle el duelo en la zona de definición y disfrutar de una noche mágica, abriendo sus vitrinas seis años después a su cuarto título de Copa del Rey, y el primero como entrenador de Miguel Angel Lotina, especialmente sensibilizado con este torneo.
El Espanyol encontró en la calidad de De la Peña y el acierto de Tamudo los argumentos suficientes para desnudar a un Real Zaragoza superior (3-1), ganarle el duelo en la zona de definición y disfrutar de una noche mágica, abriendo sus vitrinas seis años después a su cuarto título de Copa del Rey, y el primero como entrenador de Miguel Angel Lotina, especialmente sensibilizado con este torneo.
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[[Archivo:Trofeo Espanyol 2006.jpg|right|250px|thumb|Espanyol Campeón.]]El cuadro periquito se apuntó un triunfo sin grandes adjetivos, sustentando en el trabajo y sacrificio de un grupo de jugadores entregados a una causa y sobre todo en la calidad de De la Peña. El centrocampista cántabro, que ya había ganado dos Copas con el FC Barcelona, siempre estuvo llamado a protagonizar partidos de esta índole y así fue esta noche.
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[[Archivo:Espanyol 2006.jpg|right|250px|thumb|Espanyol Campeón.]]El cuadro periquito se apuntó un triunfo sin grandes adjetivos, sustentando en el trabajo y sacrificio de un grupo de jugadores entregados a una causa y sobre todo en la calidad de De la Peña. El centrocampista cántabro, que ya había ganado dos Copas con el FC Barcelona, siempre estuvo llamado a protagonizar partidos de esta índole y así fue esta noche.
De sus botas nacieron los tres goles catalanes, suficientes para desmoronar las ilusiones mañas. El primero con un lanzamiento de falta, el segundo asistiendo al desmarque trazado por Tamudo, el otro héroe espanyolista, y el tercero en esos pases de gol que han marcado su juego en los buenos y malos momentos y que definió Corominas.
De sus botas nacieron los tres goles catalanes, suficientes para desmoronar las ilusiones mañas. El primero con un lanzamiento de falta, el segundo asistiendo al desmarque trazado por Tamudo, el otro héroe espanyolista, y el tercero en esos pases de gol que han marcado su juego en los buenos y malos momentos y que definió Corominas.

Revisión de 19:31 23 nov 2009